Hay tareas y aportaciones que, por concretas y modestas que parezcan, dan cuerpo y constituyen por si mismas la idea que anima y da fuerzas para que todos participemos activamente en la realización del homenaje a nuestros familiares y amigos, a las víctimas del franquismo.
Si Nieves se encargó de confeccionar y enviar las invitaciones, Rafa hizo lo propio con las copias de los carteles y de las fotos nuevas de este año. Si Remedios acercó sillas de la Asociación de Vecinos de Carabanchel Alto pensando en la gente mayor, Concha se encargó de arreglar y ordenar el material para exponer. Si Alfonso Sobrino diseñó y confeccionó varios centenares de marcapáginas para obsequiar a los asistentes (de los que sobraron tan sólo unos pocos para hacerles la foto), Fausto Canales se dedicó a enviar la nota de prensa a los medios de comunicación. Si Paloma cedió y compartió las zapatillas de Martina, Jesús, Marisa, Maite, Isabel, Paz, Victoria, Ángela, Ana, Lourdes...se dedicaron a disponer las cuerdas, las fotos, los claveles, el panel y las pancartas. Si Alejandro y Marisa se ocuparon de trasladar a Lucía desde la estación de Atocha y luego al aeropuerto, Mariano Moya se encargó de recibir a los asistentes y velar por las medidas de seguridad. Si los responsables y el personal del cementerio dieron todo tipo de facilidades para la realización del acto, los familiares y amigos de las víctimas acudieron fielmente con sus claveles rojos, a pesar del inicio de un periodo vacacional.
No sólo es de agradecer toda la colaboración, sino que es imprescindible, por pequeña que esta parezca, para mantener acciones dignas, duraderas, participativas y libres de mecenazgos. Así, nadie podrá apropiarse nunca, aunque lo intente, del trabajo y la voluntad de todos y para todos. ¡Sí se puede!
Muchas gracias, amigos y amigas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario