MEMORIA Y LIBERTAD
Amigas, amigos
El pasado jueves se cumplió el 80 aniversario de la proclamación de la II República Española. Sus valores, su vigencia hoy entre demócratas, son una deuda pendiente e imperecedera de las personas y pueblos de este país con quienes la promovieron y la defendieron, y con las víctimas del terror desatado por los enemigos de la libertad, de la igualdad, de la justicia y del pensamiento.
Solo aquí, en este cementerio madrileño donde nos damos cita año tras año quienes queremos honrarles como se merecen, fueron asesinadas más de 3.000 personas que quedaron a merced de la “Nueva España” franquista que, a fuerza de sangre y represión, se consiguió perpetuar en una de las más longevas y brutales dictaduras conocidas.
Nos dicen que Franco murió en 1975, pero dejó un legado institucional y judicial que, aún hoy, vela por una política de falsa reconciliación, en la que los responsables de aquella barbarie sólo se exculpan y canonizan a sí mismos. Este sistema, encabezado por el heredero que designó el dictador, sigue eludiendo los derechos humanos, persiguiendo a quienes osan reclamarlos, y condenando de por vida a la República y a quienes lucharon y sufrieron la represión por defender su legalidad, manteniendo las farsas judiciales franquistas y sus leyes de impunidad.
Quienes perpetraron aquellos crímenes contra la humanidad mantienen su estatus. Incluso, quienes aún viven, participan de la vida pública de este país sin tan siquiera haber pedido perdón o condenado su pasado delictivo.
En el mismo sentido, poco les debemos a los actuales gobiernos democráticos, que siguen consintiendo esta impunidad y toleran que persista la humillación y el desprecio a las víctimas del franquismo.
A escasos metros de este lugar, permanece en pie un monumento en homenaje a la Legión Cóndor, aviadores de la Alemania nazi que sembraron de muerte Madrid y asolaron España para ayudar a los rebeldes fascistas. El mismo alcalde que lo consiente y que considera memoria histórica seguir dedicando calles a generales, ni siquiera se ha dignado a contestar en estos años a los familiares de las víctimas del franquismo que le solicitamos un Memorial en su recuerdo. Desconocemos también en que ha empleado “el pico y la pala” en este tiempo la Presidenta de la Comunidad (salvo en hacer hoyos para nuevos campos de golf). Qué se puede esperar
de quien, tras negarse a condenar la dictadura, anuncia su compromiso de ayudar, “incluso” a los familiares de víctimas del franquismo a recuperar los restos de sus desaparecidos.
Pero, en cualquier caso, seguimos aquí, y seguiremos con el esfuerzo necesario hasta conseguir que se reconozca a todas las republicanas y republicanos que dieron todo, hasta la vida, para que hoy podamos sentir el orgullo de reclamar su pasado, de reivindicar el presente y de construir nuestro futuro.
Salud y ¡Viva la República!
Solo aquí, en este cementerio madrileño donde nos damos cita año tras año quienes queremos honrarles como se merecen, fueron asesinadas más de 3.000 personas que quedaron a merced de la “Nueva España” franquista que, a fuerza de sangre y represión, se consiguió perpetuar en una de las más longevas y brutales dictaduras conocidas.
Nos dicen que Franco murió en 1975, pero dejó un legado institucional y judicial que, aún hoy, vela por una política de falsa reconciliación, en la que los responsables de aquella barbarie sólo se exculpan y canonizan a sí mismos. Este sistema, encabezado por el heredero que designó el dictador, sigue eludiendo los derechos humanos, persiguiendo a quienes osan reclamarlos, y condenando de por vida a la República y a quienes lucharon y sufrieron la represión por defender su legalidad, manteniendo las farsas judiciales franquistas y sus leyes de impunidad.
Quienes perpetraron aquellos crímenes contra la humanidad mantienen su estatus. Incluso, quienes aún viven, participan de la vida pública de este país sin tan siquiera haber pedido perdón o condenado su pasado delictivo.
En el mismo sentido, poco les debemos a los actuales gobiernos democráticos, que siguen consintiendo esta impunidad y toleran que persista la humillación y el desprecio a las víctimas del franquismo.
A escasos metros de este lugar, permanece en pie un monumento en homenaje a la Legión Cóndor, aviadores de la Alemania nazi que sembraron de muerte Madrid y asolaron España para ayudar a los rebeldes fascistas. El mismo alcalde que lo consiente y que considera memoria histórica seguir dedicando calles a generales, ni siquiera se ha dignado a contestar en estos años a los familiares de las víctimas del franquismo que le solicitamos un Memorial en su recuerdo. Desconocemos también en que ha empleado “el pico y la pala” en este tiempo la Presidenta de la Comunidad (salvo en hacer hoyos para nuevos campos de golf). Qué se puede esperar
de quien, tras negarse a condenar la dictadura, anuncia su compromiso de ayudar, “incluso” a los familiares de víctimas del franquismo a recuperar los restos de sus desaparecidos.Pero, en cualquier caso, seguimos aquí, y seguiremos con el esfuerzo necesario hasta conseguir que se reconozca a todas las republicanas y republicanos que dieron todo, hasta la vida, para que hoy podamos sentir el orgullo de reclamar su pasado, de reivindicar el presente y de construir nuestro futuro.
Salud y ¡Viva la República!
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